Los títeres argentinos que enamoraron a China

Son obra del artista Omar Álvarez, quien ya realizó más de diez giras por ciudades del gigante asiático. “Estoy cerca de los desafíos de China”, dice.
Fuente: Xinhua - 2024-03-29
El teatro de títeres, un arte que tiene casi cien años de presencia en Argentina, se ha convertido en un puente que permite profundizar el intercambio cultural entre ese país y China.

El hito más reciente de ese lazo bilateral, fundado sobre el arte, fue la gira por China que realizó el espectáculo de títeres argentino "Tic Tac, el héroe del tiempo", en las ciudades de Shanghai y Beijing de la mano de Omar Álvarez, 

"Yo me siento muy cómodo en China. Me siento muy cerca de los desafíos que tienen artísticamente en China", dijo el artista titiritero argentino, que ha viajado más de diez veces a China para llevar sus obras y compartir así sus creaciones con la audiencia del país asiático.
En la obra "Tic Tac, el héroe del tiempo", el protagonista de la historia cuestiona la lógica del capitalismo.
Durante una entrevista realizada en el Centro Cultural Espacios, establecimiento que él mismo dirige en la localidad de Villa Ballester, a unos 20 kilómetros al noroeste de Buenos Aires, Álvarez recordó que su amor por los títeres comenzó a muy corta edad.

"Yo empecé de muy pequeñito, jugando. El gran estímulo fue mi abuelo, que era restaurador de objetos de arte, de antigüedades y de piezas de porcelana. Compartí muchas horas en su taller cuando era muy chiquitito. Mi abuelo contaba historias con esas figuras que reparaba", evocó.
   
Álvarez relató que su abuelo contaba historias "haciendo las voces y moviendo esas siluetas. Allí descubrí el arte de contar historias y de darle vida a los objetos. Después vi una función de títeres y me enamoré. Y me di cuenta de que eso era lo que quería hacer. Descubrí mi vocación jugando".
   
La gira más reciente, acompañada de música y animadas representaciones, presentó a "Tic Tac, el héroe del tiempo", nutriéndose de elementos de la infancia de Álvarez, como el reloj que perteneció a su abuelo y ahora es el rostro de Tic Tac, el "héroe" protagonista de la historia que cuestiona la lógica del capitalismo.
   
Álvarez también narró los viajes previos a China, donde visitó ciudades como Xi'an, capital de la provincia noroccidental de Shaanxi, o Guangzhou, capital de la provincia meridional de Guangdong, donde pudo comprobar de primera mano el interés que despiertan los títeres.
Para Álvarez, la cultura es un puente que permite unir a los pueblos de Argentina y China, más allá de la distancia geografica.
El viaje iniciático del artista a China se remonta al año 2007. "Fue la primera vez que estuve en China, en el Teatro Nacional para Niños de China, en la ciudad de Beijing. Fui con un espectáculo y después me invitaron con otro. Nos enamoramos del público. Y el público se enamoró de nuestro trabajo", indicó.
   
Para Álvarez, la cultura es un puente que permite unir a los pueblos de Argentina y China, países con una rica tradición teatral, más allá de la distancia geográfica.
   
"Fuimos muchas veces y el Teatro Nacional gestionó giras alrededor de China, porque uno de nuestros espectáculos lo grabó en idioma chino un actor del Teatro Nacional y esto lo volvió muy accesible. Al estar en idioma chino, para el público se volvió local y nos fue muy bien", valoró.
   
Álvarez sostuvo que si bien las formas de contar historias pueden ser distintas, las emociones conmueven por igual a todos los seres humanos.
   
"Definitivamente, la cultura es el gran puente posible que acerca cualquier diferencia. Diferencias culturales, el idioma, que es una gran barrera, pero que el arte la puede sortear, de idiosincrasia, diferencias incluso políticas. A través del arte de los títeres nos damos cuenta de que somos iguales. Y eso es muy hermoso", resumió.
   
Álvarez, nacido en Villa Ballester en 1968, manifestó que "es muy lindo descubrir la sensibilidad del público. Y es lindo para el público venir a ver una función de teatro y descubrir una cultura, el pulso de una sociedad, de un pueblo, porque la manera de contar espeja cómo somos. Eso lo llevamos a China y nos encontramos, estamos muy cerca, y eso es fabuloso. Es un contrato que se renueva permanentemente porque siempre surge algo más".