La música clásica respira rock en China

El impresionante despliegue de virtuosismo y pasión de los jóvenes del Conservatorio de Zhejian en el Centro Nacional de Artes Escénicas de China.
Llibres - 2024-04-15
Especial desde Beijing

Eve y Penie son mucho más que dos promesas de la cultura china contemporánea. Si bien empezaron a los 7 años con los primeros cursos de solfeo y, luego, dedicaron al estudio gran parte de su infancia y adolescencia, el verdadero valor agregado que las distingue como integrantes de las orquestas del Conservatorio de Zhejian es la impresionante pasión con la que transmiten su devoción por eso que llaman música clásica.
“Tocan clásicos tradicionales, pero en el fondo son rockeros”.
Ocurre sencillamente que Eve y Penie respiran música y, junto con sus compañeros, tuvieron la ocasión de demostrarlo durante un conmovedor concierto que ofrecieron esta semana en el Centro Nacional de Artes Escénicas de China, el complejo teatral más grande de Asia.

Allí, bajo la batuta del reconocido director de orquesta, Wang Fujian, las orquestas de la Academia Nacional de Bandas y Nacional de Cámara del Conservatorio de Música de Zhejian interpretaron diferentes temas clásicos con el virtuosismo de los artistas más experimentados, pero con el indisimulable agregado de una vehemente y contagiosa gestualidad “rockera”.
El Centro Nacional de Artes Escénicas de China, ubicado en la ciudad de Beijing, es el complejo teatral más grande de Asia.
Los jóvenes músicos no podían quedarse quietos y acompañaban la maravilla que ellos mismos interpretaban con acompasados movimientos de cabezas, piernas y cualquier parte del cuerpo que no tuvieran ocupada con sus instrumentos. 

Sobre el final, un potente despliegue de tambores, timbales y percusión hizo olvidar a los presentes que estaban en un concierto de música clásica, para transportarlos al virtual cierre de un recital de una banda de música moderna. 

“Tocan clásicos tradicionales, pero en el fondo son rockeros”, se animó a definir un periodista extranjero mientras abandonaba el complejo ubicado al oeste de la histórica Plaza de Tiananmen, en pleno centro de Beijing.