Sueño en el pabellón de las patentes chinas

Con casi 5 millones de registros de invenciones, China pasó de importar propiedad intelectual a convertirse en líder global en innovación. En 2023 hubo un récord de 1,64 millones de pedidos de patentes y casi 70.000 presentaciones internacionales.
Fernando Capotondo - 2025-07-03
Sueño en el pabellón rojo es uno de los clásicos de la literatura china, una obra maestra que Cao Xueqin escribió en el siglo XVIII para retratar las tensiones de una sociedad tradicional que comenzaba a mostrar señales de cambios. Tres siglos después, aquella voluntad transformadora se expresa hoy, en su máxima potencia, a través de un fenómeno que ya impacta en la economía global: China dejó de ser el productor barato de imitaciones tecnológicas para convertirse en el nuevo líder mundial en materia de innovaciones, con 4,97 millones de patentes de invención registradas hasta mayo de 2025, según el último informe de la Administración Nacional de Propiedad Intelectual (CNIPA).

“China está evolucionando rápidamente de ser importador de Propiedad Intelectual (PI) a un creador de liderazgo global, lo que fomenta el crecimiento de nuevas fuerzas productivas de calidad”, ratificó Guo Wen, la portavoz de la CNIPA, en un encuentro realizado esta semana en Beijing, en el que se difundieron los resultados de los primeros cinco meses del año. 

Según dicho informe, la CNIPA procesó 84.000 evaluaciones de patentes prioritarias, aceleró 116.000 solicitudes, aplazó 9.300 revisiones y realizó 13 lotes de evaluaciones centralizadas, en sus 124 centros nacionales de protección de PI y centros de atención rápida, desplegados en 29 provincias, regiones autónomas y municipalidades.

“Esto ha dado lugar a la concesión de patentes de alto valor que fortalecen la competitividad industrial, salvaguardan la seguridad productiva nacional e impulsan mejoras en todos los sectores”, explicó la funcionaria.

Consultada sobre la fórmula para alcanzar casi 5 millones de patentes, Guo insistió con “la optimización de los estándares de evaluación, la mayor calidad de las innovaciones y la implementación de sistemas de revisión basados en la demanda”, entre otros argumentos de rigor.
“China está evolucionando rápidamente de ser importador de Propiedad Intelectual (PI) a un creador de liderazgo global, lo que fomenta el crecimiento de nuevas fuerzas productivas de calidad”.
Al respecto, indicó que la CNIPA redujo a 15,5 meses el tiempo promedio de revisión para las patentes de invención en China, a 4 meses cuando se trata de registros de marcas, a 28 días en el caso de mediaciones en litigios de propiedad intelectual y a 2 semanas para procesar casos de protección de derechos de PI.

Otro dato que destacaron fue la creciente contribución de las pequeñas y medianas empresas de China al crecimiento del 53,3% en la tasa de industrialización de las patentes de invención, alcanzado durante 2024, lo que representó un aumento de 2 puntos porcentuales respecto del año anterior. 

Más allá de los anuncios, lo concreto es que el paso del “Hecho en China” al “Creado en China” se viene sosteniendo en datos puntuales que son reconocidos a nivel internacional: la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), de las Naciones Unidas, confirmó que en China presentaron en 2023 un total de 1,64 millones de solicitudes de patentes, frente a las 406.000 de Estados Unidos, 289.000 de Japón y 237.000 de Corea del Sur.

En otro de sus papers, la OMPI reveló que la República Popular China superó a Estados Unidos con el 60% de las patentes de Inteligencia Artificial (IA) generativa, con más de 380.000 solicitudes presentadas en la última década, frente a las 6.276 registradas en el país americano durante el mismo período, informó CGTN. 

En efecto, en términos de propiedad intelectual Beijing lidera todos los indicadores vinculados a invenciones, diseños industriales y modelos de utilidad. “China ha pasado de ser una receptora de tecnología a convertirse en un actor clave de la innovación global”, señaló el director general de la OMPI, Daren Tang, en coincidencia con la mirada de los funcionarios chinos de la CNIPA.
China estableció alianzas con más de 80 países y organismos internacionales y participa activamente en la gobernanza del sistema PCT.
DE 98 A POTENCIA GLOBAL

Para entender en su real dimensión esta transformación es preciso saber que en 1994, China se incorporó al Tratado de Cooperación de Patentes (PCT), un sistema global administrado por la citada OMPI, que permite presentar solicitudes únicas de patentes válidas en múltiples países. Aquel año apenas registró 98 solicitudes internacionales, pero en 2023 la cifra trepó a 69.610, con China ocupando por quinto año consecutivo el primer lugar a nivel mundial.

En esas tres décadas, China no solo logró expandir su base tecnológica, sino que promovió una cultura de protección de invenciones, tanto a nivel nacional como internacional, que se caracterizó por el impulso de reformas legales y una importante inversión estatal y empresarial. La Ley de Patentes fue revisada varias veces y se introdujeron mecanismos, como los daños punitivos, que fortalecieron el marco disuasorio frente a posibles violaciones a la norma.

Frente a estos cambios, multinacionales como Xiaomi pasaron de centrar su estrategia en la competencia por los precios a invertir fuertemente en investigación y desarrollo, es decir, en el desarrollo de patentes propias. Tras enfrentar un litigio con Ericsson en India hace una década, el gigante tecnológico chino cambió de enfoque: hoy lidera entre las compañías chinas en solicitudes internacionales de PI y, solo en el sector de vehículos de nueva energía, registró más de 250 patentes en tecnologías de baterías, según un revelador informe de la agencia Xinhua.

La investigación también consignó que el fortalecimiento institucional en materia de innovaciones benefició tanto a compañías locales como extranjeras. Así como la farmacéutica AstraZeneca, por ejemplo, logró hacer valer en China una patente clave frente a un competidor local, Bayer obtuvo en 2019 una sentencia favorable por una infracción de patentes, con una compensación récord de más de 3,5 millones de dólares, la más alta hasta entonces en el sector médico del país. ¿El resultado? China creó un entorno empresarial más transparente, alentando tanto a las firmas locales como a las multinacionales a ampliar sus inversiones en el país. 

Además, todo esto hizo que la cooperación global en materia de PI se intensificara. China estableció alianzas con más de 80 países y organismos internacionales y participa activamente en la gobernanza del sistema PCT. Según reconoció el comisionado de la Administración Nacional de Propiedad Intelectual (CNIPA), Shen Changyu, el país busca “mejorar las normas internacionales de PI y garantizar que los beneficios de la innovación se compartan más ampliamente”.

“Pasar de lo ‘hecho en China’ a lo ‘creado en China’ fue el resultado natural del desarrollo de alta calidad del país, un entorno de mercado justo y una inversión sostenida en innovación”, insistió hace días Mao Ning, el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, al ser consultado sobre la expansión global de las marcas chinas. 

Como señaló Mao, los datos citados ratifican el liderazgo de China en materia de innovación y patentes. Lo que no dicen es que ese impulso no surgió por generación espontánea, sino que fue resultado de la continuidad de un largo sueño que – como en el Pabellón Rojo –  combinó tradición, cambio y una mirada propia sobre el futuro. 

China se convirtió en la fábrica de sus propias ideas.